Superstición


Jorge Ávalos


Las supersticiones son tomadas muy en serio por todos los que trabajan en el teatro debido al carácter ritualístico y repetitivo del oficio. Así, algunas prácticas laborales se han convertido, primero en convenciones, luego en supersticiones por efecto de su repetición. Por ejemplo, no se silba detrás de escena porque se cree que esto propicia accidentes. Esta creencia se remonta a una antigua práctica en los teatros ingleses, en los cuales se solía contratar marineros para trabajar en las tramoyas por sus habilidades para utilizar cuerdas y caminar sobre vigas sin miedo a las alturas. Debido a que ellos se comunicaban por medio de un sistema de silbidos, el silbido casual e inocente de un actor podía precipitar la descarga de un efecto de la maquinaria teatral antes de tiempo. Así, una prohibición práctica se convirtió eventualmente en una superstición: la de no silbar detrás de escena.

Entre los miembros de un elenco predomina la costumbre casi universal de no desearse buena suerte antes de una presentación; en cambio, se pronuncia un conjuro para ahuyentar la mala suerte. En Francia se usa la expresión “¡Merde!”, también extendida a los países de habla hispana donde se usa la palabra “¡Mierda!”. En inglés se usa una expresión de origen desconocido: “Break a leg!” (lo cual podría significar “¡Rómpete una pierna!” o “¡Que se rompa la cortina lateral!”). Se le atribuyen orígenes muy antiguos a esta frase, pero las primeras menciones impresas no aparecieron sino hasta el siglo XX en los Estados Unidos; la más antigua que se ha podido confirmar apareció en una columna de curiosidades del periódico The Charleston Gazette, cuando en mayo de 1948 un lector preguntó cuáles eran las supersticiones más comunes del teatro, y la respuesta fue: “Las supersticiones en los escenarios son numerosas y muchas son específicas a actores o actrices individuales. La creencia de que silbar en los vestuarios provoca la mala suerte es muy difundida. Otra es que un actor no le debe desear buena suerte a otro, en cambio debería decir: Espero que te rompas una pierna”. El equivalente italiano de este conjuro es “In bocca di lupe”, igualmente enigmático (significa “En la boca del lobo”), y su primera aparición impresa se da alrededor de 1900. En la ópera se utiliza la expresión “Toi toi toi”. En Australia, “Chookas”.

En el circo, se le prohíbe a los artistas mirar hacia atrás cuando participan en una parada; esta superstición es tan fuerte que algunos circos penan su transgresión con una multa. Muchos circos norteamericanos sólo difunden aquellas fotografías de sus elefantes en las que aparecen con la trompa en alto.

La más curiosa de las supersticiones inglesas es la prohibición de nombrar dentro del teatro y fuera de escena el título de una obra de Shakespeare: Macbeth. Esta superstición, conocida como “la maldición escocesa” tiene su raíz, supuestamente, en los grandes fracasos que han tenido con la obra directores tan famosos como Stanislavski u Orson Welles. Para evadir la maldición, dentro de un teatro se debe hablar de “la obra escocesa” al referise a Macbeth.

Otra famosa superstición de origen inglés que se ha extendido por el mundo consiste en no decir la última línea de la obra hasta el día del estreno.



© Jorge Ávalos

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