La comedia de costumbres


Jean-Baptiste Poquelin, “Molière”
(1622-1673)

1

Si el empleo de la comedia consiste en corregir los vicios humanos, no veo por qué razón en ella tenría que haber privilegios. Si consideramos el grado de las consecuencias, el vicio de la hipocresía es realmente más peligroso que los otros vicios y hemos visto que el teatro tiene una gran virtud para corregirlo. La comedia ofrece los más hermosos trazos de una seria moralidad, y nada enmienda mejor a la mayoría de los hombres que la pintura de sus defectos. Es un gran golpe a los vicios mostrarlos a la burla de todos. Se sufren y aguantan las repercusiones de los vicios, pero en absoluto se soporta el escarnio. Se admite ser malo pero no se consiente caer en el ridículo.

Preface de Tartufe (1668)

2

No es mi propósito examinar ahora si todo podría ser mejor o si todos aquellos que se han divertido han reído de acuerdo con las reglas. Me limito a las decisiones de la multitud y creo que es más difícil atacar una obra que el público aprueba que otra que el público condena.

Advertisement des Facheus (1661)

3

Uranie: La tragedia, sin duda, es algo hermoso cuando está bien construida; pero la comedia tiene sus encantos y creo que la una no es menos difícil que la otra.

Dorante: Muy cierto, señora. Y cuando para la dificultad ponéis un poco de énfasis sobre la comedia, puede ser que no os equivoquéis pues, en fin, encuentro que es más fácil solazarse sobre los grandes sentimientos, lamentarse contra la fortuna, acusar al destino y proferir injurias contra los dioses que entrar, como corresponde, en los ridículos de los hombres para hacer agradables en el teatro los defectos de todos. Cuando os compungís de los héroes hacéis lo que queráis. Estos son mostrados como figuras para agradar, en las cuales no hay parecidos, y no tenéis más que seguir los pasos de una imaginación de la cual se da el vuelo, que a menudo deja lo verdadero para atrapar lo maravilloso. Pero cuando pintáis a los hombres es preciso captarlos del natural para que los retratos resultantes tengan parecidos y no habréis logrado nada si con ellos no hacéis reconocibles a las gentes de nuestro siglo.

La Critique de L'École des Femmes (1663)


Molière. Obras completas. Editorial Esfinge, Madrid, España, 1926. La sintaxis de los textos ha sido actualizada y adaptada por Jorge Ávalos para mejorar la claridad expositiva. (La imagen muestra una fotografía de la escultura Molière, realizada en 1787 por Jean-Jacques Caffiéri para la Comédie Française, París, Franciae, escultura en mármol, 166 cm).

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